¿Monarquía o República?
Irrelevante...
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"Actualmente vivimos –padecemos- una
situación dramática en España, mucho más grave y compleja de lo que
parece. Las estructuras políticas creadas por el Régimen del 78 no están
tan debilitadas como muchos creen. Aún disponen de mecanismos
suficientes para perpetuarse, bajo la apariencia de cambios
sustanciales, puro maquillaje. Los lazos de intereses generados
durante años de corrupción no pueden combatirse ingenuamente mediante
consignas fáciles, o discursos demagógicos y populistas. Esto conducirá a un desastre aún mayor.
La abdicación del monarca ha inundado las plazas de entusiasmo republicano. Y ha sido precisamente ahora, cuando surgen en el escenario político fuerzas que “pretenden” plantar cara a las siglas tradicionales del bipartidismo.
Extraña situación. A muchos parecerá casual. Pero, analizando profundamente los hechos, estar a favor o en contra de la III República, bajo la partitocracia y la corrupción institucional que padecemos, es irrelevante. Antes debemos depurar los mecanismos catalizadores de dicha corrupción, y sobre todo la impunidad que refuerza a los corruptos. Un reformismo superficial no resolverá los severos problemas que casi suprimen a nuestro país del panorama internacional. Conocemos las transformaciones imprescindibles que debemos abordar. También somos conscientes de que nunca se producirán de un día para otro, ni mediante un mero cambio en nuestra forma de Estado. Las verdaderas soluciones requieren tiempo, profunda reflexión, debate, [...]"
La abdicación del monarca ha inundado las plazas de entusiasmo republicano. Y ha sido precisamente ahora, cuando surgen en el escenario político fuerzas que “pretenden” plantar cara a las siglas tradicionales del bipartidismo.
Extraña situación. A muchos parecerá casual. Pero, analizando profundamente los hechos, estar a favor o en contra de la III República, bajo la partitocracia y la corrupción institucional que padecemos, es irrelevante. Antes debemos depurar los mecanismos catalizadores de dicha corrupción, y sobre todo la impunidad que refuerza a los corruptos. Un reformismo superficial no resolverá los severos problemas que casi suprimen a nuestro país del panorama internacional. Conocemos las transformaciones imprescindibles que debemos abordar. También somos conscientes de que nunca se producirán de un día para otro, ni mediante un mero cambio en nuestra forma de Estado. Las verdaderas soluciones requieren tiempo, profunda reflexión, debate, [...]"
Elpidio Silva
Jesús Hidalgo
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